Vivimos tiempos cruciales en los que debemos repensarnos y llegar a acuerdos como país. Luego de vivenciar un estallido social y la pandemia mundial de COVID-19, son diversos los temas que se vuelven clave para poder entender nuestro presente y proyectar el futuro: las problemáticas de género, el cambio climático, la pandemia, la discusión y comunicación del proceso constituyente, la instalación de un nuevo gobierno, entre muchos otros. Nos enfrentamos a desafíos y tiempos complejos, estamos viviendo un período de transformaciones junto a la incertidumbre de la pandemia que alteró nuestras prácticas y rutinas familiares, sociales, organizacionales y políticas, afectando nuestra comunicación tanto externa como interna. Desde nuestro país, vivimos tiempos con nuevos protocolos sanitarios que nos cambiaron en gran parte la vida, nos han hecho organizarnos y trabajar a distancia y en línea entre cuatro paredes, modificando nuestras relaciones personales y laborales.
En todas estas temáticas, la comunicación emerge con un rol preponderante y a la vez cambiante en un escenario ya marcado por la hiperconectividad, la instantaneidad y la persistencia, donde la frontera entre lo personal, lo privado y lo público se difumina. Las redes sociales y nuevas tecnologías traen a su vez aportes y se experimentan como fundamentales para conectarnos, informarnos, recibir y dar apoyo, registrar nuestros pasos, decidir lo que leemos y vemos, medir y registrar nuestros horarios de conexión y desconexión. Sin embargo, el uso de estas nuevas tecnologías también esconde serios riesgos y amenazas: la proliferación de noticias y videos falsos que tienen como fin desinformar o engañar; se hacen más visibles los discursos de odio y la incivilidad en línea; y los algoritmos de selección de contenido afectan el pluralismo informativo.
En este marco de constante cambio social, incertidumbre y conectividad, este Congreso se instala como una invitación a reflexionar, investigar, y formar un diálogo académico en torno al fenómeno de “habitar” en este mundo de fenómenos y de comunicación emergente y al mismo tiempo, reflexionar, investigar y dialogar en torno a qué significa la “emergencia” en nuestro contexto comunicativo. Dentro de ambos contextos, cabe preguntarse: ¿cuáles temas “emergen” desde la comunicación y su ejercicio en la agenda pública?; ¿cómo se desarrolla la comunicación misma como campo emergente y qué reflexiones y soluciones plantea?; ¿cuáles aportes, desafíos y hallazgos presenta la comunicación en un contexto de constante conectividad, incertidumbre y cambio?; ¿cuáles diferentes contextualidades pueden aplicarse al significado de la palabra “emergencia” en nuestra disciplina, pensando en los diversos fenómenos que nos rodean, como el cambio social, las problemáticas de género, cambio climático, la pandemia, y los usos y efectos de las tecnologías en distintos ámbitos, como el educativo y el de la salud? Por último, ante este escenario cambiante, cabe preguntarse, ¿cuáles serán los temas y/o desafíos que emergerán en el futuro de nuestro campo?
Invitamos a investigadores e investigadoras a presentar ponencias y paneles sobre estas temáticas que cruzan nuestra sociedad, reflexionando sobre cómo la comunicación emerge dentro de estos escenarios, ya sea en los ámbitos organizacional y de crisis, política, de audiencias, interpersonal, digital, política, educacional, entre otras. Se efectúa un llamado amplio a investigaciones que busquen analizar y comprender prácticas, usos, antecedentes y efectos de la comunicación, no solo a través, sino que también con nuevas tecnologías. Notamos en especial que, dentro de la temática emergente del ejercicio de la comunicación en nuestro país, se encuentra también el creciente giro hacia la interdisciplinariedad, avanzando hacia un encuentro fructífero entre las ciencias básicas, naturales y sociales.